El Consorcio de Santiago inició en septiembre la restauración de las barandillas de forja de las ventanas y los balcones de la fachada principal del Pazo de Raxoi, sede del Concello. Los trabajos los están realizando cuatro herreros especializados en forja artística. Además de la intervención en el edificio, se desmontaron algunos balcones para recuperarlos en el taller. Está previsto que los trabajos finalicen a finales de este mes.
Una de las principales tareas que se están llevando a cabo en el taller es la fabricación de las hojas y demás elementos ornamentales desaparecidos. El repujado se hace a mano. Una vez elaboradas las ornamentaciones, se les dará una imprimación antioxidante y finalmente se recubrirá con láminas de pan de oro para que recuperen su dorado original. El último paso es el montaje de cada barandilla en su lugar correspondiente, de manera que se fijarán a la piedra de la fachada con plomo fundido, tal como se hacía antiguamente. En esta línea, el Consorcio aboga por la recuperación de los oficios tradicionales -como son los de herrero, cantero o carpintero- en los trabajos de rehabilitación que se están llevando a cabo en el casco histórico compostelano.
Se están encontrando hallazgos curiosos como que las rejas son muy semejantes a los dos palacios y ayuntamientos franceses, a pesar de que el edificio es de estilo neoclásico. Durante la realización de los trabajos de restauración aparecieron en las rejas marcas de propiedad, en particular el sello del arzobispo Rajoy como promotor de la obra, y también marcas del herrero original. Hasta ahora estas marcas no eran perceptibles debido a que las rejas estaban pintadas y doradas y entre los siglos XVIII y XX sufrieron múltiples intervenciones.
Las investigaciones llevan a pensar que las rejas originales salieron de la cofradía de herreros de la antigua iglesia de Salomé, que, junto con el de San Martín Pinario, representaría un importante taller de herrería en la ciudad. Y, además, de las rejas, también se encargaron de toda la ornamentación y de darle el toque final dorado.
Otro aspecto de gran interés es que se encuentran rejas reutilizadas, es decir, que originalmente procedían de otro edificio, como es la propia Catedral de Santiago. Y esto se descubrió gracias a los sellos de los herreros de la época, que todavía se conservan entre los hierros de las barandillas.